En la primera parte de este artículo, publicada el 25 de agosto, hablábamos de la necesidad de un diagnóstico integral en lo referente a Espacio Público quilmeño, como punto de partida para saber con que se cuenta y que potencial hay en la ciudad al respecto. A sabiendas de la carencia de los mismos y tomando como referencia la pérdida porcentual a lo largo de la historia, habremos ahora de plantear un punto de inflexión en la materia, como único camino en la mejora de éste este parámetro de calidad ambiental.
Pero también habremos de tener muy presente el factor cercanía, es decir, por ejemplo, con convertir en parque público 400 hectáreas en la franja ribereña quizás alcanzaríamos la meta de metros cuadrado por habitante adecuada, pero estaríamos ante una solución a medias, facilista, que no se condice con las necesidades reales de expanción que plantea la vida urbana según las prácticas del presente. En Efecto, el hacinamiento de vastos sectores seguiría acentuándose y empeorando las condiciones urbano-ambientales.
La solución es mucho más dificil. Habla de cirugías menores, de máximo aprovechamiento de los espacios existentes y de creatividad y astucia para crear otros. Como primer paso, determinar áreas urbanas con sus características particulares y su relación lleno-vacío, es una medida acertada. Así nos encontraremos con una situación mas acabada, mas real, premisa de una intervención acertada. O sea, que no solo deberemos multiplicar por cinco la existencia de espacios de uso y goce público sino que, además, deberemos determinar estratégicamente sus localizacónes. Y es allí donde el desafío se presentará en magnitud.
Existen supuestos cuestionables, como el que afirma que "en Quilmes ya no hay lugar" o que "la tierra es toda privada". Ninguna de las dos afirmaciones puede sostenerse fehacientemente. Además, la propiedad de las tierras vacantes no debiera anteponerse a su fin cuando éste es de interes comunitario. Lo concreto, es que solamente en aquellas ciudades que se ha tomado la determinación de defender y potenciar el Espacio Público es que se ha podido detener su deterioro primero y generar una mejora luego, ya que las variables de la economía urbana predominante no juegan en su favor. El punto de inflexión no se dará por sí solo.
En el marco de la discusión del Plan de Ordenamiento Urbano Ambiental Sustentable que se ha lanzado por el Municipio es, sin lugar a dudas, que se habrá de impulsar un Programa de espacios Públicos que entre otras variables devuelva a Quilmes al sitial de privilegio del que gozaron nuestros lejanos mayores.
Arq. Gustavo LLusá.