El centro de la ciudad concentra en unas pocas manzanas gran parte de la actividad comercial, administrativa y de servicios, además de ser soporte de una densa edificación residencial.Dicha superposición de funciones se resuelve no sin conflicto.Es además el área histórica significativa.En ella confluyen decenas de miles de personas diariamente, con sus distintos hábitos y necesidades.
La calle principal, Peatonal Rivadavia, constituía hace tiempo un centro de encuentro y paseo, pero en sus siete cuadras es imposible satisfacer las necesidades de centralidad de una ciudad de 600.000 habitantes.Es necesario ampliar esa centralidad.
El espacio es cada vez más escaso. Problemas en el tránsito, congestión en las veredas y la imposibilidad de hallar un lugar de descanso y tranquilidad. Todo parece estar saturado, sólo al servicio del trámite o la compra. Sin que la posibilidad del paseo, la recreación o el ocio tengan lugar adecuado. Es que la relación espacio – uso está totalmente excedida, sin que nada medie a favor de la vida de relación, aquella que transforma a los vecinos en ciudadanos. Eso se ha perdido.
Equilibrar esa relación espacio – uso no resulta sencillo, en un contexto de crecimiento sin precedentes y planificación ausente. Ampliar las áreas centrales es la mejor manera de hallar respuesta a la carencia de espacios, expandiendo significancias y disuadiendo la superposición funcional.Todo esto como parte de un sistema que integre usos y formas, costumbres y necesidades.
Es en este marco que el Proyecto prioridad Peatón impulsa, a partir de un desarrollo por etapas, la configuración de un esquema dinámico de recorrido que incumbe el diseño y concreción de un sistema de recorrido espacial integrado a través de la recalificación del espacio público, jerarquizando lo que constituye la centralidad de la ciudad y expandiendo su incumbencia, atento a la necesidad de descomprimir la saturación polifuncional que se diagnostíca en el casco histórico y readecuando su escala a una demanda creciente de espacialidad significante.
Arq. Gustavo Llusá.