Cuando el 18 de Abril de 1872 el ferrocarril llegó a Quilmes, un antes y un después se plantearía definitivamente. El tren, que poco después llegaría al puerto de Ensenada, comunicaba nuestro entonces pueblo con Buenos Aires, dejando atrás el sistema de galeras, y provocaba la inserción de Quilmes en el camino del progreso.
Casi inmediatamente el tranvía hacía su primera aparición, con un emprendimiento de empresarios quilmeños que acercaba la costa a la ciudad. Uno y otro sistema sufrieron sucesivos adelantos y deterioros hasta que, el segundo, dejó de circular en la década del sesenta.
Mientras tanto en 1908, un De Die Buttón del médico del pueblo fue el primer automóvil. No será un hecho menor sino la aparición del avasallante transporte individual, y ya iniciados los años treinta, de la mano de la industrialización y la llegada de población, surgieron los primeros colectivos.
Fueron pioneros el 1, el blanquito, a Berazategui, el 7, luego 580 que recorría la ciudad pasando por el hospital, la cancha de Quilmes y el cementerio, el 8 que iba a Bernal y Capital y que luego sería el 98 y el 225, también a Capital, luego 85. recien en 1942, la mejora en la avenida Directorio, hoy Lebenshon y la calle Roca, permitiría que el colectivo 6, hoy 324, uniera en principio Don Bosco con Quilmes.
Esos recorridos iniciales correspondieron a patrones de configuración entre los que la ausencia de planificación dio lugar a numerosos factores intervinientes, como la cercanía de fábricas y asentamientos y por supuesto, la conexión necesaria con la estación y el centro pero principalmente los loteos como negocio inmobiliario.
Cuando la mancha urbana se desarrolló por completo, en los recientes años, enormes superficies pobladas quedaron relegadas a la vez que el incremento en la cantidad de servicios provocó una sobreoferta sobre algunos corredores, a la vez que nuevos emprendimientos y subcentros quedaron inconexos entre sí.
Por otra parte, el transporte automotor de pasajeros sufre una fuerte desinversión desde 1997, supuestamente motivado por distintos vaivenes de la economía nacional. Como consecuencia, se ha prorrogado el plazo de vigencia de la vida útil de las unidades y ha declinado fuertemente el mantenimiento.
Cercenada a partir del año 1989 a nivel nacional, la red ferroviaria agravó su situación entre los años 2001 y 2003, en plena crisis económica, casi no hubo inversiones para renovar vagones, arreglar vías o hacer otras mejoras en la ya deficiente red metropolitana. Durante la situación económica recesiva, la demanda fue menor y las ineficiencias no se hacían notorias. Pero con un mínimo de reactivación y demanda se pusieron en evidencia las fallas del sistema, agravando las condiciones de movilidad y seguridad sobre millones de habitantes que hacen uso del servicio. En la UGOFE (Ex línea Roca) la electrificación está pendiente desde 2005. Dichas obras de concretarse, provocarían sustanciales cambios en el sistema de movilidad.
Arq. Gustavo Llusá.