La propuesta oficialista de prioridad peatón para el microcentro quilmeño es compatible con la de Quilmes Unido, que promueven ampliar el centro. Pero aclaran que no es la misma iniciativa.
En definitiva, lo que estamos debatiendo, es el modelo de ciudad, que incide en el modelo cultural de Quilmes. Una ciudad con equilibrio territorial, con servicios e infraestructura acorde a la movilidad peatonal o por el contrario, una ciudad que dé prioridad al automòvil, al transporte individual, explicó Gustavo Llusá, arquitecto integrante de Quilmes Unido.
Explicó que la prioridad peatón que impulsa la secretaría de Obras Públicas de la Comuna, no es precisamente el proyecto de esa asamblea vecinal. Pero que sin embargo sigue lineamientos generales similares, atendiendo el rol indelegable del Estado como regulador del crecimiento urbano. Señaló que el problema que se está dando en Quilmes, proviene de la superposición de dos modelos de ciudad distintos, por lo que hoy el municipio comenzó a trazar propuestas para el área del microcentro, donde el deterioro es mayor. En urbanismo podemos hablar de dos modelos de ciudad. El europeo, que nos vino con la conquista, implica las manzanas en damero, con un centro comercial, institucional, cívico, social y cultural bien definido; un modelo que prioriza las relaciones humanas.
El norteamericano, con sus grandes shoppings cerrados, sus countries, sus gigantescos parques alejados de las viviendas, prioriza el transporte individual, es decir, el auto. Con una marcada sectorización de usos. No importa que la gente viva cerca de un parque o del centro comercial, porque no va caminando, sino en auto, explicó el profesional de Quilmes Unido. Si bien en los últimos años el modelo norteamericano se ha comenzado a imponer en Latinoamérica, ganando abiertamente por sobre el europeo, no ha ocurrido igual en la Argentina. Quizás porque somos un país con mayor influencia europea, quizás por nuestro estilo europeo de preferir las ciudades, el modelo norteamericano no ha terminado de instalarse entre nosotros. Y donde lo ha hecho, ha generado conflicto. Hay países como Chile o México, en donde el modelo norteamericano se instaló sin restricciones. Pero en nuestro país, la llegada de este modelo sólo ha logrado degradar los centros comerciales históricos. Por ejemplo, la avenida Mitre en Avellaneda era un centro comercial pujante, hasta que instalaron Wall Mart y Auchán, expresó el arquitecto.
Los centros comerciales tradicionales quedan así degradados; muchos comercios cierran, y cae el nivel de los consumidores, y por ende, el nivel de comercio. Algo de esto se está viviendo también en Quilmes centro, donde las clases más pudientes se alejan de la peatonal Rivadavia y adyacencias, para volcarse hacia otras áreas. Fíjense que Puerto Madero, aún cuando responde al modelo norteamericano, no pudo alejarse del centro histórico, concepto típicamente europeo de ciudad, agregó Llusá.
PRIORIDAD PEATON
La Comuna tomó de nuestra propuesta, algunas líneas generales. Pero de ninguna manera podemos decir que es la nuestra. Ellos proponen algunas modificaciones al microcentro, que es el área más deteriorada, y aseguran que más adelante se ocuparán de otras áreas. Quilmes Unido, en cambio, había propuesto extender la centralidad hacia una superficie más vasta, que tome desde la avenida Andrés Baranda a la autopista, aclaró el profesional. El debate, entonces, es muy profundo. No es sólo más edificios sí o no, sino qué ciudad queremos. La ley 8912 de Ordenamiento Territorial, a la cual las normativas municipales deben encuadrarse, permite una densidad alta, es decir, permite que se construyan torres, pero al mismo tiempo, establece que deben dejarse libres 10 metros cuadrados por habitante.
Esto significa que, por ejemplo, si bien permite 1200 habitantes por manzana, lo que es una densidad muy alta, habría que dejar libres a la par 12.000 metros cuadrados. O sea, si hubiera torres en una manzana, conjuntamente tiene que haber un espacio verde público similar. Eso es lo que ve la gente al reclamar que no se construya ni un edificio más, porque ve la imposibilidad de generar la infraestructura y los espacios acordes. Tomar la ley parcialmente según convenga, provoca situaciones de colapso, aseveró Llusá.
Por eso decimos que se trata de debatir el modelo de ciudad, y no sólo la altura de un edificio. A esta altura del debate que tenemos con los arquitectos del Municipio, ya estamos hablando de temas técnicos muy puntuales, y no podemos ser reduccionistas al comunicar lo que estamos conversando, concluyó.
Fuente el texto: Perspectiva Sur.