Vivía en una casa quinta, Edelweis, con un gran parque cuya superficie era el equivalente a varias manzanas, con jardines decorados con muchas estatuas de mármol, en Yrigoyen entre 25 de Mayo y Brandsen, cuyos fondos eran linderos con los de la cervecería. Esta quinta era el lugar preferido de Doménico, donde pasó sus últimos años, mientras que Camila, su mujer, prefirió vivir en la casa de la calle Almirante Brown, en Buenos Aires, como si estuvieran separados, lo que resulta curioso después de haber tenido 15 hijos. Sus hijas solteras, Elvira y María se turnaban con las nietas Ithurralde Cichero para acompañarlos, una semana con Doménico y otra con Camila.
Doménico Cichero fue uno de los principales impulsores de la Avenida de Mayo, de plazas y otras mejoras urbanas. Fue Presidente del Nuevo Banco Italiano y el rey de Italia lo condecoró con el título de Caballero de la Corona de Italia “como Justo homenaje discernido al hombre de virtudes que honrara suelo extraño”.
Según dichos de familia, en un viaje a Europa que hizo Doménico al regresar varios meses después se encontró con que su hijo mayor, Sebastián, que había quedado a cargo de sus negocios, le hizo perder la mayor parte de sus bienes.
Doménico hizo su testamento el 4 de abril de 1917 y falleció a los 91 años, el 12/09/1926, en Quilmes.