"Quilmes ha perdido uno de sus patrimonios más preciado". En su tiempo, era el paseo obligado de cada uno de los residentes de la ciudad, principalmente por su belleza estética e impacto cultural; muy pocas personas se pudo perdieron de disfrutar una función de una de sus míticas salas de Rivadavia 129 del centro quilmeño.
Cientos de películas se proyectaron, y por qué no, la misma cantidad de amistades se forjaron y amores se consolidaron. Es por esto y por muchas razones más que específicamente no tiene por qué analizarlo ningún sociólogo, es por eso que recalcamos y repetimos una y otra vez: "Quilmes ha perdido uno de sus patrimonios más preciados".
Las opiniones son compartidas por parte de los habitantes que, en su momento, visitaron el lugar en cuestión o lo tenían sólo de vista "me puse muy triste al saber que ya cerraban las puertas del lugar. En la sala lloré de miedo y de risa, fue muy importante para mi adolescencia", se lamenta una persona afortunada, ya que tuvo el privilegio de haber asistido. Además, agrega "cuando era joven, tenías tres cines en la ciudad. Y el Cervantes era uno de los más concurridos".
Instalaciones vacías
Daniel Turqui, presidente de la Asociación Española y dueño de las instalaciones donde se encontraba el cine, manifestó a EL SOL: "desde diciembre del año 2009 que no abre más sus puertas. Estaban pasando por un mal momento económico y decidieron cerrar", comentó en referencia al grupo inversor que desde hacía unos años tenía la concesión de este espacio cultural que supo funcionar, antes de su reforma, como un concurrido teatro que solía presentar companías y conciertos de música de primer nivel.
De la palabras del máximo representante de la institución que comparte con las salas, el edificio de la Peatonal Rivadavia entre San Martín y Moreno, se estima que una de las razones por la que los proyectores dejaron de emitir películas es por el crecimiento de diversas cadens de cines que aparecieron durante los últimos años.
En efecto, las nuevas instalaciones, se presentan como más modernas y con mejores instalaciones propuestas por las cadenas de hipermercados en todo el país y en consecuencia, se produce una pérdida de dinero, dejando de ser redituable para los dueños del mismo.
"En los últimos tiempos dejamos de cobrarles el alquiler, con el simple hecho de mantener vigente al lugar" agrega Turqui, quien se lamenta acerca de cómo llegó el fin de éste cine tan caro para el sentimiento de los quilmeños.
Una desaparición lenta y previsible
La decisión de no abrir más se tomó a fines de 2009, cuando este comercio ya no era más redituable. Es más "desde el momento de las refacciones hace ya 17 años, lo inversores ya estaban pasando por un mal momento", explica el dirigente de la Asociación Española de Quilmes.
Con el paso del tiempo se fue abandonando la costumbre de ir al cine, y mucho más si se tenían opciones más cercanas. Las grandes cadenas de salas se fueron adueñando lenta y progresivamente del mercado y los aficionados al cine cambiaron por estas nuevas salas.
En los últimos tiempos -relatan- las funciones se seguían llevando a cabo (con menos concurrencia y regularidad), pero la tradición se mantenía. Hasta que un día los proyectores rodaron por última vez, declarando un final triste y al parecer sin secuelas, para todos aquellos que aman al cine y por supuesto a la ciudad de Quilmes.
Entre películas y teatro
El viejo cine Cervantes se encuentra ubicado en el pulmón de la ciudad y si bien en tiempos idos, compartían cartel con el Moderno y el Rivadavia, hace unos años y a tan sólo metros de allí, en un reconocido hipermercado se instaló una reconocida cadena de cines, que tiene los últimos adelantos en materias edilicias y tecnológicas.
Este no es un inconveniente ocurrido unicamente en Quilmes, sino que situaciones similares se han producido en otros puntos del conurbano, donde la historia parecía repetirse.
Esto permitió una descentralización de la demanda, ya que el aumento poblacional se veía aparejado por el surgimiento de estos cines con más de quince salas con la más alta modernidad. Un hecho un tanto inalcanzable para los denominados "chicos o de barrio" como el caso del Cine Cervantes.
"Cuando llegué a Quilmes era el punto de encuentro para los chicos de la zona. Yo vivía en Sarandí y me mudé a Solano. Cada vez que quería ver una película tenía que ir hasta el centro y esperar, porque la cantidad de gente era impresionante", expresa una vecina con cierta melancolía dibujada en su rostro haciendo referencia a la importancia y concurrencia que tenía el Cervantes.
Muchos son los recuerdos de las jornadas gloriosas allí como por ejemplo las actuaciones de Mercedes Sosa, Charly García, o incluso una de las prmeras apariciones en pùblico de Riff liderados por Pappo.
Además, supieron presentarse en el lugar varias obras de teatro y estreno de películas históricas.
Fuente: Diario El Sol