Llamativamente, desde la Unión de la Construcción del Partido de Quilmes (UCPQ), dicen que el proyecto de ordenanza a tratarse es 'mucho más restrictivo' y califican a que alienta la 'especulación inmobiliaria', cuando muchos de ellos viven de rentas especulativas Con frases rimbombantes y apelando a lugares comunes, las máximas caras visibles de la flamante Unión de Constructores del Partido de Quilmes (UCPQ), Eduardo Carrizo (presidente); Luis Sarracini; y Abel Otamendi, coincidieron en cuestionar la nueva normativa que existe en algunas zonas del distrito para construir hasta seis pisos, debido al alarmante y desmedido incremento que hubo en las construcciones en el último tiempo.Y buscaron llegar al sentimiento de los quilmeños al decir, por ejemplo, que 'si no modifican algunos criterios, la próxima generación de jóvenes no podrá radicarse en Quilmes porque no habrá viviendas', o que 'no creemos que una ciudad como hace 30 años sea lo mejor para el Distrito', o 'queremos lo mejor para la ciudad'. Así arrancó el lobby constructor, tal como en off le habían señalado varios de sus integrantes a El Suburbano, dos meses atrás.Este sector, coincidiendo plenamente con los gremialistas de la UOCRA (Unión de la Construcción de la República Argentina), seccional Quilmes, busca seguir construyendo como hasta ahora.La filosofía no estuvo ausente en la charla mantenida con los colegas de Cinco Días: 'Tenemos problemas filosóficos con el planteo que se hace desde la Comuna', aseguró Sarracini para agregar que 'hay tantas contradicciones que me parece que deberían reordenar las ideas y jerarquizarlas y así llevar adelante un debate urbanístico serio'.Cada cual elije la ciudad que desea, aunque para la UCPQ... todavía no entienden “por qué quieren una ciudad baja y alargada, sin espacios libres; en vez de construcciones en alto con espacios verdes alrededor', opinó Otamendi al plantear sus visiones diferentes respecto al tema. 'Me parece que el fenómeno de los edificios hay que entenderlo por el lado de la inseguridad. Y quién va a ir a vivir en Camino (General Belgrano) y Pasco en este marco', añadió.Sin mencionar a Quilms Unido y Bernal Unido, entidades que desde hace tiempo están a la cabeza de los reclamos sobre la construcción indicacriminada, Carrizo dijo que 'los grupos ambientalistas hicieron lo más fácil. Nos echan la culpa de todo, de las napas, del tránsito, de la contaminación… pero yo no escucho a ninguno de ellos decir que no vengan más restaurantes y bancos al microcentro. Algunos de ellos quieren tener un confort urbano a metros de su casa y no se dieron cuenta de que Quilmes es una ciudad muy importante en el conurbano y que todos tienen derecho a disfrutar de ese confort y no sólo los que viven en una casa a media cuadra de la Peatonal Rivadavia. El tema de las napas y de las cloacas es responsabilidad de AySA y no nuestra ¿o acaso por construir hasta seis pisos no se genera el mismo problema?'Así, el lobby constructor había hecho su aparición pública.
Agencia Suburbana.
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