En el Hangar Histórico Milliken del Área Material Quilmes, esta expuesto el avión Latecoere 25 con el cual Antoine Sant Exupery, por otra parte autor de "El Principito" quizás el libro más leido después de La Biblia, realizó el primer vuelo comercial a la Patagonia, llevando pasajeros y correspondencia. El avión se convirtió en la primera máquina que integró la Aeroposta Argentina e inauguró los vuelos comerciales en el país. Después de más de 70 años de esa aventura, el avión fue restaurado por la Fuerza Aérea Argentina. Saint-Exupéry había llegado al país para desempeñarse como jefe de tráfico de la línea Aeroposta en octubre de 1929. Sus ansias de volar lo llevaron a comandar el viaje inaugural el 1 de noviembre de ese año.
En una mañana fría, con un abrigado saco, gafas y una gruesa gorra, partió del aeródromo Harding Green de Bahía Blanca rumbo a Comodoro Rivadavia. Su primer pasajero fue Armando Ulle, un inspector en las minas patagónicas. La hoja de ruta atestigua que volaron 6 horas y 20 minutos a una velocidad promedio de 158 kilómetros por hora. Durante dos años, con la cabina descubierta, Saint-Exupéry desafió los más de 10 grados bajo cero y el viento impiadoso de las rutas del sur argentino, volando incluso a través de la Cordillera de los Andes. Las características técnicas del avión son: monoplano metálico, en parte entelado con ala parasol, tiene 9,45 metros de largo y un ala de 17,50 y tiene capacidad para llevar 4 pasajeros y transportar 1250 kgs. de carga a unos 180 Km/h.. El motor es Renault de 450 caballos y un peso aproximado de 700 kilos. Podia alcanzar alturas de 3000 mts. Su histórico avión estuvo expuesto en distintos museos, hasta que en 1996 volvió a la Fuerza Aérea. Personal del Área de Material Quilmes, en sintonía con la inquietud de la Municipalidad de Quilmes por conformar un circuito histórico y turístico en la ribera, comenzó su recuperación. Esta valiosa pieza de museo es el único de este modelo que aún existe en el mundo. Al comienzo del proceso de restauración, la aeronave estaba totalmente deteriorada. El fuselaje estaba separado del resto, las maderas rotas, había mucha corrosión y se había sulfatado el aluminio. Hubo que volver a hacer matrices y crear las piezas tal como eran originariamente. Se trabajo durante siete horas por día, durante un periodo de 2 años.
El equipo de la Fuerza Aérea que llevó adelante el proyecto de restauración, inició previamente una profunda investigación histórica que le devolvió al avión detalles perdidos en los muchos años de almacenamiento. El esquema de pintura original de la Aeroposta (igual al utilizado por la Compagnie G. Aéropostale en sus máquinas) y las llantas sin rayos propias del modelo son el mejor ejemplo del excelente trabajo realizado.
Antoine de Saint-Exupéry nació en Lyon (Francia) el 29 de junio de 1900. A comienzos de la década del 20 obtuvo su diploma de piloto civil y al poco tiempo -después de haberse entrenado duramente- fue nombrado teniente segundo del Regimiento 33 en Le Bourget, París. En 1926 comenzó a desempeñarse como piloto de correo en la ruta Dakar-Casablanca y en octubre de 1927 fue nombrado director de la escala de Cabo Juby, donde pasó dieciocho meses y dedicó parte de su tiempo a escribir. Posteriormente le fue otorgada la Cruz de Caballero de la Legión de Honor. Saint-Ex -así lo llamaban sus camaradas- disfrutó desde un principio el reconocimiento de sus dotes literarias. Tras sufrir un terrible accidente en Guatemala escribió Viento, arena y estrellas, libro que obtuvo el Grand Prix en el año 1939. Una vez desatado el conflicto mundial, Saint-Exupéry fue reclutado, ascendido a capitán y asignado como oficial de reserva de la Fuerza Aérea en Toulouse y finalmente asignado al escuadrón de reconocimiento 2/33 en Orconte.
Cuando Francia firmó el armisticio con los alemanes en 1941, Saint-Exupéry decidió exiliarse en Estados Unidos, donde describió sus experiencias y sentimientos durante la guerra en Vuelo a Arrás y Carta a un rehén, un conmovedor documento dedicado a los cuarenta millones de franceses rehenes de los alemanes publicado en 1943. Más tarde publicó El principito, que le daría fama mundial y es hasta hoy uno de los libros más vendidos. A los 44 años, al mando de un bimotor de caza Lockheed P-38 equipado con instrumental de reconocimiento fotográfico y sin armas, fue abatido en vuelo por un piloto enemigo. Su avión cayó al mar en las cercanías de Grenoble el 31 de julio de 1944. Los restos del intrépido piloto y escritor no han sido oficialmente encontrados. Saint-Exupéry en Argentina:Llego por primera vez a la Argentina el 19 de octubre de 1929: piloteaba el Laté 25. Ese vuelo traía también a su amigo Jean Mermoz, y ambos se hicieron cargo de la Aeroposta Argentina, la empresa estaba dedicada tanto al transporte de pasajeros como al de correspondencia, aunque en realidad era este último el gran negocio de la época. Emprendió junto a los argentinos Rufino Luro Cambaceres y Vicente Almandos Almonacid la ardua tarea de inaugurar nuevas filiales en la costa latinoamericana, supervisar la ruta Natal-Punta Arenas y abrir e inspeccionar nuevas rutas en los alrededores de Comodoro Rivadavia. Vivió 15 meses en la Argentina. En mayo de 1931 decidió volver a Francia de vacaciones, y allí lo sorprendió la noticia de la quiebra de Aeroposta Argentina. Nunca más volvió a nuestro país.