La ubicación del Palacio de Tribunales en la configuración morfológica de las ciudades ha tenido un rol preponderante. Un ejemplo más que claro es el caso de la ciudad de Buenos Aires, en la que los tres poderes del Estado Nacional constituyen el remate del tridente de avenidas que caracteriza a la capital argentina.
El urbanismo caótico que el conglomerado amorfo del Gran Buenos Aires constituye es una muestra en sentido contrario. Varios distritos, asumiendo funciones de centralidad, albergan funciones judiciales de importancia, como los casos de Lomas de Zamora, Morón, Quilmes y San Isidro, entre otros. Es destacable percibir que en ninguno de éstos, ni en los demás casos, la constitución del poder judicial ha sido apropiada para la construcción de ciudad del modo clásico como lo fue en Buenos Aires, ni de otro modo. Implantaciones cuestionables como en el caso de Lomas, de edificios específicos o adecuaciones de último momento de inmuebles diseñados para otros fines, como en el caso de Quilmes, se adicionan a decenas de propiedades dispersas en las áreas centrales de estas ciudades cumpliendo funciones de un sistema desordenado urbana y funcionalmente, desaprovechándose una oportunidad central para dotar al tejido de elementos significantes en su uso y percepción.
El colapso del área central del partido cuestiona la actual ubicación del Poder Judicial. Su funcionamiento demanda de infraestructura y espacio para una movilidad que el Centro no puede sostener y por ello se esbozan nuevas localizaciones de acuerdo a vacancia de tierras y conectividad. Pero desde esta posición quisiera integrar a estos condicionantes uno mas que olvidado por las razones antes expuestas y que es la oportunidad que una Ciudad Judicial genera de dotar a un área y a la ciudad toda de un Significante Identitario que como Bernal con el Polo Educativo y Cultural y Solano con su postergado Desarrollo Industrial, nos están pidiendo que Ezpeleta encuentre el mejor de sus destinos para que en Quilmes podamos empezar a constituir un Tridente estructurante acorde a las modalidades urbanísticas no ya del clasicismo, sino del futuro.
Arq. Gustavo Llusá.