Fotografía de Anastacia, en www.arteyfotografia.com.ar
Hacia un Plan Turístico Estratégico.
Un enorme potencial que se va perdiendo destacó a Quilmes de sus hermanas del Gran Buenos Aires. Una ciudad en la que el orgullo y sentido de pertenencia de sus habitantes era indiscutido y llamaba la atención a los visitantes. Para muchos era inexplicable ese sentimiento que si bien perdura, no tiene la fuerza de años atrás. Preguntarnos primero porqué es el camino para dar respuesta a una situación de decadencia que si no nos tapamos los ojos salta a todas luces. Sin duda el deterioro social de las crisis sucesivas sumado a la ausencia de propuestas superadoras han calado hondo en la autoestima colectiva. Quilmes fue reducción indígena, pueblo ganadero, balneario, ciudad industrial y comercial y es... ¿es?
Nos atrevemos a decir sin dudar que Quilmes vive una crisis de identidad. Los problemas sociales, ambientales, de inseguridad y otros han tapado permanentemente la agenda y han dejado fuera de análisis cuestiones de fondo que, sin atenderse, harán difícil la resolución de las superficiales. Dichas cuestiones de fondo, como la desindustrialización, la migración, la decadencia de la educación, exceden la agenda local y parecen justificar toda desidia.
Pero sin embargo, hay experiencias que demuestran que desde lo local se puede vencer esas coyunturas y generar transformaciones que, como un cambio de paradigma, incidan directamente sobre los problemas cotidianos.
Quilmes debe y tiene como revertir la situación. Aunque para lograrlo se necesite el concurso de la mayor parte de actores que la comunidad disponga. Pero, ¿qué hacer?
Algunas cosas, vox populi, son sin embargo postergadas indefinidamente. Es sabido que la oferta turística quilmeña es inexistente pero su potencial es significativo. Quilmes se encuentra a escasa distancia de la ciudad de Buenos Aires, saturada por el turismo nacional e internacional, conectado especialmente con Puerto Madero por autopista y potencialmente por transporte fluvial. Existen enormes espacios vacantes, aptos para emprendimientos de cualquier escala, en especial en la franja ribereña. La costa de Quilmes es la mas adecuada dentro de la región metropolitana con accesos francos, infraestructura existente y playas para el baño.
Es además madre de ciudades y cultura. La reducción indígena, las invasiones inglesas son fuentes de historias que contar. El territorio quilmeño es participe del nacimiento del gaucho, el asado, los viñedos, el fútbol y el tango.
Tan variada oferta hace necesaria la implementación de un esquema de circuitos, sencillos, claros, ricos, por ejemplo:
Circuito Histórico
Circuito Cultural
Circuito Recreativo
La necesidad de que esos circuitos se relacionen hace a la facilidad de su estructuración y posteriormente, su recorrido.
La posibilidad de un Microbús que los recorra puede ser implementado sin demasiada inversión. Incluso puede tratarse de una línea regular de colectivos que, con un pasaje diferencial permita subir y bajar durante el día.
Arq. Gustavo Llusá
Hacia un Plan Turístico Estratégico.
Un enorme potencial que se va perdiendo destacó a Quilmes de sus hermanas del Gran Buenos Aires. Una ciudad en la que el orgullo y sentido de pertenencia de sus habitantes era indiscutido y llamaba la atención a los visitantes. Para muchos era inexplicable ese sentimiento que si bien perdura, no tiene la fuerza de años atrás. Preguntarnos primero porqué es el camino para dar respuesta a una situación de decadencia que si no nos tapamos los ojos salta a todas luces. Sin duda el deterioro social de las crisis sucesivas sumado a la ausencia de propuestas superadoras han calado hondo en la autoestima colectiva. Quilmes fue reducción indígena, pueblo ganadero, balneario, ciudad industrial y comercial y es... ¿es?
Nos atrevemos a decir sin dudar que Quilmes vive una crisis de identidad. Los problemas sociales, ambientales, de inseguridad y otros han tapado permanentemente la agenda y han dejado fuera de análisis cuestiones de fondo que, sin atenderse, harán difícil la resolución de las superficiales. Dichas cuestiones de fondo, como la desindustrialización, la migración, la decadencia de la educación, exceden la agenda local y parecen justificar toda desidia.
Pero sin embargo, hay experiencias que demuestran que desde lo local se puede vencer esas coyunturas y generar transformaciones que, como un cambio de paradigma, incidan directamente sobre los problemas cotidianos.
Quilmes debe y tiene como revertir la situación. Aunque para lograrlo se necesite el concurso de la mayor parte de actores que la comunidad disponga. Pero, ¿qué hacer?
Algunas cosas, vox populi, son sin embargo postergadas indefinidamente. Es sabido que la oferta turística quilmeña es inexistente pero su potencial es significativo. Quilmes se encuentra a escasa distancia de la ciudad de Buenos Aires, saturada por el turismo nacional e internacional, conectado especialmente con Puerto Madero por autopista y potencialmente por transporte fluvial. Existen enormes espacios vacantes, aptos para emprendimientos de cualquier escala, en especial en la franja ribereña. La costa de Quilmes es la mas adecuada dentro de la región metropolitana con accesos francos, infraestructura existente y playas para el baño.
Es además madre de ciudades y cultura. La reducción indígena, las invasiones inglesas son fuentes de historias que contar. El territorio quilmeño es participe del nacimiento del gaucho, el asado, los viñedos, el fútbol y el tango.
Tan variada oferta hace necesaria la implementación de un esquema de circuitos, sencillos, claros, ricos, por ejemplo:
Circuito Histórico
Circuito Cultural
Circuito Recreativo
La necesidad de que esos circuitos se relacionen hace a la facilidad de su estructuración y posteriormente, su recorrido.
La posibilidad de un Microbús que los recorra puede ser implementado sin demasiada inversión. Incluso puede tratarse de una línea regular de colectivos que, con un pasaje diferencial permita subir y bajar durante el día.
Arq. Gustavo Llusá