A razón de una nota publicada en País de los Quilmes en la que se analizaba la situación del tránsito en el centro de Bernal, el lector Ubaldo Diez Vera envió un comentario que merece ser leído. En él nos hace reflexionar sobre las causas más profundas de problemas cotidianos que parecen irresolubles, cuando en realidad su superación está estrechada a las premisas básicas del sentido común y la vida en sociedad. Éste es el texto:
"Hace años atrás tuve la suerte de conocer una semana las calles de Los Ángeles, Las Vegas y las rutas en la zona.
Me resultó fascinante el orden y el respeto a las normas, y me resultó mas fascinante aún, con cuánta rigurosidad la policía observaba y actuaba en los mínimos casos en los cuales algún ciudadano se salía de la raya, que marcan las leyes. Y no viven en una dictadura, viven en una democracia. Pero son inflexibles con el cumplimiento de las leyes, de las leyes u ordenanzas que consensúan sus concejales, diputados o senadores, con el único fin de lograr el bienestar de la mayoría de los ciudadanos. Allí las leyes se cumplen, o se hacen cumplir, y viendo que se hacen cumplir, uno, no se siente como un idiota si quiere cumplirlas con vehemencia. En lo social tiene sus puntos muy flojos, pero en el orden, son ejemplo a seguir.
Estoy convencido que la única forma que entienden límites, muchos de los que los exceden regular e impunemente, es cuando se les marca sus limites con firmeza, como dicen las monedas en Chile "por la razón o por la fuerza". Lamentablemente muchos somos hijos del rigor, y si no les pegan bien pegado donde más les duele (el bolsillo), la impunidad continuará eternamente.
Falta aquí, una voluntad política absoluta, y ningún político de turno, quiere accionar con firmeza, por miedo a que un puñado de trabajadores a sueldo de los sindicatos de turno, se apersonen enfrente de un edificio público de la forma que nos tienen acostumbrados, continuando ellos mismos seguramente, siendo los primeros que dan el ejemplo, para seguir infringiendo intolerantemente, cualquier epígrafe de algún escrito que se parezca a una ley.
Mis estimados conciudadanos, seremos prisioneros eternos, de nuestras faltas de firme decisión por pedir que se cumplan las leyes, y sin darnos cuenta quizás, que nosotros mismos seremos los más perjudicados".
Ubaldo Diez Vera