Con demasiada similitud con el tipo de festejos comunes para el Día de la Primavera, aunque en el más pleno invierno, miles de chicos y chicas de Quilmes y alrededores deambularon por Rivadavia en la tarde de ayer, como forma de compartir el Día del Amigo.
Los grupos, que variaban en cantidad y euforia, confirmaron esta nueva modalidad, la de perseguirse y tirarse espuma como si en cualquier época del año fuera carnaval. Sin mayores incidentes transcurrió la jornada.
Hace décadas, los corsos eran la oportunidad para este tipo de manifestaciones. Distintas razones, principalmente culturales, los fueron desplazando de las costumbres quilmeñas, como tantos otros íconos del pasado reciente. Pero la alegría así entendida siempre encuentra su lugar.
Para los demás, el Día del Amigo fue opacado por la epidemia de Gripe A. Restauranes y bares tuvieron una considerable baja en sus reservas.