Cuando la Ribera vivía días de esplendor, allá por 1935, tuvo lugar la inauguración del Camping del Club Independiente, siendo el edificio habilitado uno de los más vistosos y confortables de la vasta playa quilmeña de aquel entonces. Tres manzanas de parque, piletas, vestuarios y un gran salón, conformaban un conjunto de envergadura.
La historia posterior es conocida. Después de décadas de veranos jubilosos, vino la declinación. De todo aquello hoy solo queda en uso una confitería dada en concesión.