El 17 de octubre de 1982 no fue un día más. El accidente ferroviario de aquella jornada sería hasta la fecha la peor tragedia de la historia quilmeña.
Un tren procedente de Ránelagh y otro procedente de La Plata, cuando ambos se dirigían a Plaza Constitución, chocaron aproximadamente a las 18:50 a la altura de la calle Solís, diez cuadras antes de la estación de Quilmes. El grave accidente ocasionó 19 muertos y 60 heridos.
Un maquinista que conducía una formación procedente de Plaza Constitución con destino La Plata, señalo a "El accidente pudo haber sido más grave, pues me indicaron que continuara la marcha. Por suerte no hice caso".
De acuerdo a la información recogida en el lugar del hecho, el convoy N° 3818, procedente de la estación de Ránelagh y que se dirigía a Constitución, estuvo detenido aproximadamente media hora en el mencionado lugar, por un desperfecto, esperando la señal para poder ingresar a la estación de Quilmes.
El mencionado tren, que tenia su maquina en la parte posterior (Sistema Push-Pull), fue embestido diez minutos antes de las 19, por el rápido N° 3822 proveniente de La Plata.
El conductor del rápido no habría podido advertir la presencia del tren detenido, debido a una pronunciada curva que se encuentra a unos 500 metros antes del lugar donde se produjo la catástrofe.
La cantidad de victimas fue mayor, debido a que el rápido también circulaba con su locomotora en la parte posterior. Es decir, que chocó a la maquina del procedente de Ránelagh, con su primer coche, donde existe una pequeña cabina desde donde es conducido.
Algunos pasajeros que viajaban en el convoy procedente de La Plata, manifestaron que primero escucharon gritos, advirtiendo que se estrellarían con un tren que se encontraba en la misma vía, y que estaba detenido. A pesar de ello, fueron muy pocos los pasajeros que pudieron correr hacia el segundo coche, debido a que el tren venia lleno y los pasillos estaban colmados de viajeros.
Como consecuencia del fuerte impacto, el primer coche del rápido, luego de colisionar con la locomotora del otro convoy, se deslizó desprendiéndose la carrocería del chasis, se elevó y se incrustó sobre una pared y un tren de carga ubicado detrás de la misma.
La pared y el tren de carga, ubicados sobre el lado oeste, actuaron de amortiguador y ayudaron a que el primer coche no siguiera su alocada marcha. Finalmente, el primer vehículo del rápido, quedo reducido a la mitad de su tamaño. Su parte anterior era solo un montón de hierros y chapas retorcidas lo cual evidenciaba la magnitud del impacto.
Los trenes protagonistas del accidente, pudieron haber sido tres, de no ser por la actitud de un maquinista que decidió no avanzar, a pesar de que le ordenaron lo contrario.
Un tren procedente de Ránelagh y otro procedente de La Plata, cuando ambos se dirigían a Plaza Constitución, chocaron aproximadamente a las 18:50 a la altura de la calle Solís, diez cuadras antes de la estación de Quilmes. El grave accidente ocasionó 19 muertos y 60 heridos.
Un maquinista que conducía una formación procedente de Plaza Constitución con destino La Plata, señalo a "El accidente pudo haber sido más grave, pues me indicaron que continuara la marcha. Por suerte no hice caso".
De acuerdo a la información recogida en el lugar del hecho, el convoy N° 3818, procedente de la estación de Ránelagh y que se dirigía a Constitución, estuvo detenido aproximadamente media hora en el mencionado lugar, por un desperfecto, esperando la señal para poder ingresar a la estación de Quilmes.
El mencionado tren, que tenia su maquina en la parte posterior (Sistema Push-Pull), fue embestido diez minutos antes de las 19, por el rápido N° 3822 proveniente de La Plata.
El conductor del rápido no habría podido advertir la presencia del tren detenido, debido a una pronunciada curva que se encuentra a unos 500 metros antes del lugar donde se produjo la catástrofe.
La cantidad de victimas fue mayor, debido a que el rápido también circulaba con su locomotora en la parte posterior. Es decir, que chocó a la maquina del procedente de Ránelagh, con su primer coche, donde existe una pequeña cabina desde donde es conducido.
Algunos pasajeros que viajaban en el convoy procedente de La Plata, manifestaron que primero escucharon gritos, advirtiendo que se estrellarían con un tren que se encontraba en la misma vía, y que estaba detenido. A pesar de ello, fueron muy pocos los pasajeros que pudieron correr hacia el segundo coche, debido a que el tren venia lleno y los pasillos estaban colmados de viajeros.
Como consecuencia del fuerte impacto, el primer coche del rápido, luego de colisionar con la locomotora del otro convoy, se deslizó desprendiéndose la carrocería del chasis, se elevó y se incrustó sobre una pared y un tren de carga ubicado detrás de la misma.
La pared y el tren de carga, ubicados sobre el lado oeste, actuaron de amortiguador y ayudaron a que el primer coche no siguiera su alocada marcha. Finalmente, el primer vehículo del rápido, quedo reducido a la mitad de su tamaño. Su parte anterior era solo un montón de hierros y chapas retorcidas lo cual evidenciaba la magnitud del impacto.
Los trenes protagonistas del accidente, pudieron haber sido tres, de no ser por la actitud de un maquinista que decidió no avanzar, a pesar de que le ordenaron lo contrario.
El propio conductor manifestó “el tren que yo conducía venia de Constitución. Llegamos a Quilmes, unos instantes antes de producido de el accidente. Salí de la estación, marchamos unos metros a muy baja velocidad, pues la señal indicaba que no podía avanzar. Al llegar a la altura de la calle Guido, me indicaron que continuara. Al advertir el peligro detuve la marcha del convoy, me baje y fui caminando hasta el lugar del accidente”.
“Por suerte, no avancé, de lo contrario hubiera chocado con la parte saliente de uno de los trenes accidentados", manifestó el conductor quien estaba muy nervioso y asustado por lo ocurrido.