Quilmes y Newell's peleaban cabeza a cabeza el final del campeonato de prmera B. Los de Rosario estaban interesados en que el domingo, Excursionistas le gane a Quilmes.
Arriba: Aguirre, Giamello, J. García, Brescia, Levi, Villalba y Nemiña.
Abajo: Coraglio, Carreño, Rivero, Bracamonte y Porporatto.
Los reglamentos de la AFA penan tanto el soborno como la incentivación desde siempre. En este último caso, nunca se había llegado tan lejos. Luego del primer contacto entre los dirigentes de ambos clubes, se sucedieron varios hechos dignos de una novela policial. Enterados los jugadores del ofrecimiento, se reunieron con los dirigentes y exigieron que una persona de la confianza de ellos (Antonio Héctor Viva) custodiara el dinero. El siguiente encuentro fue en la confitería Jockey Club y un taxi Kaiser Bergantín (patente 851 de Rosario) llegó con el dinero sucio. En ese momento hubo un escándalo en la confitería porque los dirigentes querían también rescatar parte del botín. Hubo corridas y acusaciones entre directivos y jugadores. Finalmente, Viva recibió la plata en su casa: "Billetes de mil y quinientos pesos", según consta en el expediente del Tribunal de Disciplina de la AFA, envueltos en papel de diarios, enviados desde Rosario.
Un grupo de dirigentes de Excursionistas, encabezados por el presidente José Serafín Jordán, enojados con la actitud de los jugadores, decidieron vengarse. Inventaron una reunión (fraguaron el acta) y decidieron presentar ante Quilmes un equipo de Reserva y así dejar pegados a los titulares ante cualquier problema.
El domingo 19, día del partido, pasó otra escena increíble. Los jugadores (a quienes el club les debían varios meses de sueldo y varias veces les había negado premios especiales de 600 pesos a repartir), no querían por nada del mundo perderse de ganar 240.000 pesos. Enterados de la decisión de los directivos, tomaron el micro por la fuerza, viajaron a Quilmes, se metieron en el vestuario, engañaron al utilero y se prepararon para salir a jugar el partido. En ese vestuario de la vieja cancha de Quilmes pasó de todo. Gritos, acusaciones, apretadas, y hubo un periodista de La Prensa, invitado por el capitán de Excursionistas Vicente Biancucci, como testigo privilegiado de todo. Como la crónica no fue firmada, a pesar de varias averiguaciones, lamentablemente nadie recuerda el nombre del colega. El conflicto salió a la luz. El partido se jugó y Quilmes le ganó con lo justo a Excursionistas (1-0). No hubo premio. Todo lo contrario.
El Tribunal de Penas, ante lo publicado en los medios, actuó de oficio y comenzó la investigación.. La primera medida fue suspender provisionalmente a los once titulares de Excursionistas. Además, el club fue suspendido por un mes. El técnico José Osvaldo Curti fue penado con tres años de inhabilitación; Newell's fue suspendido por dos meses, le descontaron 10 puntos y le quitaron el título conseguido (subió Quilmes, que había finalizado en el segundo puesto).
Más allá del acuerdo final entre los dirigentes, en su momento, como la contravención se produjo en el fútbol de Ascenso, la investigación no reparó en nombres de clubes y de jugadores. ¿Alguna vez, antes o después, el Tribunal de Disciplina se animó a investigar los innumerables casos sospechados de incentivación en las últimas fechas de los torneos de Primera División? Nunca. Sucedió sólo una vez. Y en el Ascenso, un territorio mucho más vulnerable para las sanciones ejemplares.
Extraido de "Querido Ascenso"
Para eso hubo una reunión secreta en una confitería rosarina, donde ofrecieron un premio por ganar. En total serían m$n 360.000, 240 mil para los jugadores y 120 para el club.
Fue el inicio de un escándalo que terminó quitándole el título al campeón de Primera B a Newell's (quedó en manos de Quilmes), suspendiendo a 11 jugadores (todos de Excursionistas), a técnicos y a dirigentes. La disputa siguió en la Justicia durante dos años, el técnico José Osvaldo Curti le ganó un juicio a la AFA y el equipo rosarino logró volver a Primera en 1964, a cambio de desistir del juicio que le había iniciado a la AFA dos años antes.
Arriba: Aguirre, Giamello, J. García, Brescia, Levi, Villalba y Nemiña.
Abajo: Coraglio, Carreño, Rivero, Bracamonte y Porporatto.
Los reglamentos de la AFA penan tanto el soborno como la incentivación desde siempre. En este último caso, nunca se había llegado tan lejos. Luego del primer contacto entre los dirigentes de ambos clubes, se sucedieron varios hechos dignos de una novela policial. Enterados los jugadores del ofrecimiento, se reunieron con los dirigentes y exigieron que una persona de la confianza de ellos (Antonio Héctor Viva) custodiara el dinero. El siguiente encuentro fue en la confitería Jockey Club y un taxi Kaiser Bergantín (patente 851 de Rosario) llegó con el dinero sucio. En ese momento hubo un escándalo en la confitería porque los dirigentes querían también rescatar parte del botín. Hubo corridas y acusaciones entre directivos y jugadores. Finalmente, Viva recibió la plata en su casa: "Billetes de mil y quinientos pesos", según consta en el expediente del Tribunal de Disciplina de la AFA, envueltos en papel de diarios, enviados desde Rosario.
Un grupo de dirigentes de Excursionistas, encabezados por el presidente José Serafín Jordán, enojados con la actitud de los jugadores, decidieron vengarse. Inventaron una reunión (fraguaron el acta) y decidieron presentar ante Quilmes un equipo de Reserva y así dejar pegados a los titulares ante cualquier problema.
El domingo 19, día del partido, pasó otra escena increíble. Los jugadores (a quienes el club les debían varios meses de sueldo y varias veces les había negado premios especiales de 600 pesos a repartir), no querían por nada del mundo perderse de ganar 240.000 pesos. Enterados de la decisión de los directivos, tomaron el micro por la fuerza, viajaron a Quilmes, se metieron en el vestuario, engañaron al utilero y se prepararon para salir a jugar el partido. En ese vestuario de la vieja cancha de Quilmes pasó de todo. Gritos, acusaciones, apretadas, y hubo un periodista de La Prensa, invitado por el capitán de Excursionistas Vicente Biancucci, como testigo privilegiado de todo. Como la crónica no fue firmada, a pesar de varias averiguaciones, lamentablemente nadie recuerda el nombre del colega. El conflicto salió a la luz. El partido se jugó y Quilmes le ganó con lo justo a Excursionistas (1-0). No hubo premio. Todo lo contrario.
El Tribunal de Penas, ante lo publicado en los medios, actuó de oficio y comenzó la investigación.. La primera medida fue suspender provisionalmente a los once titulares de Excursionistas. Además, el club fue suspendido por un mes. El técnico José Osvaldo Curti fue penado con tres años de inhabilitación; Newell's fue suspendido por dos meses, le descontaron 10 puntos y le quitaron el título conseguido (subió Quilmes, que había finalizado en el segundo puesto).
Más allá del acuerdo final entre los dirigentes, en su momento, como la contravención se produjo en el fútbol de Ascenso, la investigación no reparó en nombres de clubes y de jugadores. ¿Alguna vez, antes o después, el Tribunal de Disciplina se animó a investigar los innumerables casos sospechados de incentivación en las últimas fechas de los torneos de Primera División? Nunca. Sucedió sólo una vez. Y en el Ascenso, un territorio mucho más vulnerable para las sanciones ejemplares.
Extraido de "Querido Ascenso"